Se cuenta de un árabe que fue a visitar a un gran maestro y le dijo: “Tan grande es la confianza que tengo en Alá que, al venir aquí, no he atado el camello”.Y el maestro le contestó: “¡Ve a atar al camello, idiota, que Dios no se ocupa de lo que tú puedes hacer!”...
¿Cuántas veces has dejado suelto al camello?